Ennelyn cuenta que ha escuchado una entrevista interesante a Rosa Montero en TVE y que es posible encontrarla en esta página, arriba a la derecha, donde pone "Descubrimos la literatura desde un formato innovador". La entrevista se emitió el 18 de mayo pasado.
No la puedo poner en el blog, pero en YouTube tenéis también algunas intervenciones de Rosa Montero:
jueves, 22 de mayo de 2008
jueves, 10 de abril de 2008
Te trataré como a una reina (1)
Novela de Rosa Montero (Madrid, 1951).
Se compone de 27 capítulos. Empezamos con los capítulos 1-2. Algunos temas interesantes. Podemos usar los comentarios para hablar sobre ello:
La asesina fumadora. Protagonistas: Antonio Ortiz e Isabel "La Bella" López.
La hermana de Antonio. Calor e infancia.
Gordura
La casa de Antonia y Antonio: la tele en blanco y negro.
Reliquias de Antonia
Virginidad
Toqueteos, confesión, fantasías, retratos, Lulú, Damián
Bella y el macarra. Club Desiré.
El biberón de los niños malos.
Sexo. Qué asco de todo.
Olga Guillot.
Bella Isa: eses y mella.
"T´iba yo dar a ti amor, tía buena"
Menéndez y sus lecturas
Desiré y Menéndez.
Poco.
Antonia e Isabel. Lenguaje de argot.
Antonio y Benigno. Antonio: olfato, fantasías...
El Tropicana
"Poco ruido y muchas nueces"
domingo, 23 de diciembre de 2007
Tu vida en 65 minutos
Tu vida en 65 minutos (2003) es una obra de teatro del autor catalán Albert Espinosa que fue llevada al cine en 2006 por María Ripoll.
Espinosa ganó el Premio al mejor guión BCN Cinema (ojo, en catalán):
TEXTO TU VIDA EN 65´.
La obra gira en torno a las ideas de muerte y felicidad, y funciona a través de los diálogos de unos personajes que viven bajo el signo de la pérdida y que finalmente deciden decir aquellas cosas de las que nunca habían hablado. Tu vida en 65´ también propone un discurso sobre cómo el azar modifica la vida de la gente.
Espinosa ganó el Premio al mejor guión BCN Cinema (ojo, en catalán):
Tertulia sobre la obra en Talkshoe: domingo, 27 de enero de 2008, a las 19:00 horas. Para unirse a la tertulia no es necesario hacer nada. Además, tú eliges la forma de participar: hablar, chatear o simplemente escuchar.
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albert espinosa,
tu vida en 65 minutos
miércoles, 31 de octubre de 2007
2. Elige tu fábula favorita
En el post anterior hemos leído y comentado una de las fábulas de A. Monterroso: "La oveja negra".
Ahora os proponemos lo siguiente:
1. Leer el resto de las fábulas de Monterroso que hemos seleccionado. Son 9 fábulas y los enlaces están en la barra lateral del blog.
2. Elegir vuestra fábula favorita. Podéis dejar la elección en los comentarios, o llevarla a clase.
domingo, 21 de octubre de 2007
1. La oveja negra
Después de familiarizarnos un poco con el autor, Augusto Monterroso, David y Emilio os proponemos esta semana leer y escuchar esta primera fábula:
En un lejano país existió hace muchos años una oveja negra. Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.
Sería estupendo si dejáis vuestras opiniones e interpretaciones en los comentarios, ya que cada uno de nosotros ve en una fábula cosas diferentes. Leed y escribid con absoluta libertad.
domingo, 7 de octubre de 2007
Augusto Monterroso (1921-2003)
Algunos de vosotros nos habéis pedido que leamos literatura en español, de modo que Emilio (Utrecht) y David (La Haya) hemos decidido abrir este espacio dedicado a los cuentos (fábulas de animales) del escritor guatemalteco Augusto Monterroso (1921-2003).
Para conocer un poco al autor, haz clic sobre su foto:
Para conocer un poco al autor, haz clic sobre su foto:
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lunes, 31 de octubre de 2005
La jirafa que pronto comprendió que todo es relativo
Hace mucho tiempo, en un país lejano, vivía una Jirafa, de estatura regular pero tan descuidada que una vez se salió de la Selva y se perdió.
Desorientada como siempre, se puso a caminar a tontas y a locas de aquí para allá, y por más que se agachaba para encontrar el camino no lo encontraba.
Así, deambulando, llegó a un desfiladero donde en ese momento tenía lugar una gran batalla.
A pesar de que las bajas eran cuantiosas por ambos bandos, ninguno estaba dispuesto a ceder ni un milímetro de terreno.
Los generales arengaban a sus tropas con las espadas en alto, al mismo tiempo que la nieve se teñía de púrpura con la sangre de los heridos.
Entre el humo y el estrépito de los cañones se veía desplomarse a los muertos de uno y otro ejército, con tiempo apenas para encomendar su alma al diablo; pero los sobrevivientes continuaban disparando con entusiasmo hasta que a ellos también les tocaba y caían con un gesto estúpido pero que en su caída consideraban que la Historia iba a recoger como heroico, pues morían por defender su bandera; y efectivamente, la Historia recogía esos gestos como heroicos, tanto la Historia que recogía los gestos del uno, como la que recogía los gestos del otro, ya que cada lado escribía su propia historia; así, Wellington era un héroe para los ingleses y Napoleón era un héroe para los franceses.
A todo esto, la Jirafa siguió caminando, hasta que llegó a una parte del desfiladero en que estaba montado un enorme Cañón, que en ese preciso instante hizo un disparo exactamente unos veinte centímetros arriba de su cabeza, más o menos.
Al ver pasar la bala tan cerca, y mientras seguía con la vista su trayectoria, la Jirafa pensó:
Desorientada como siempre, se puso a caminar a tontas y a locas de aquí para allá, y por más que se agachaba para encontrar el camino no lo encontraba.
Así, deambulando, llegó a un desfiladero donde en ese momento tenía lugar una gran batalla.
A pesar de que las bajas eran cuantiosas por ambos bandos, ninguno estaba dispuesto a ceder ni un milímetro de terreno.
Los generales arengaban a sus tropas con las espadas en alto, al mismo tiempo que la nieve se teñía de púrpura con la sangre de los heridos.
Entre el humo y el estrépito de los cañones se veía desplomarse a los muertos de uno y otro ejército, con tiempo apenas para encomendar su alma al diablo; pero los sobrevivientes continuaban disparando con entusiasmo hasta que a ellos también les tocaba y caían con un gesto estúpido pero que en su caída consideraban que la Historia iba a recoger como heroico, pues morían por defender su bandera; y efectivamente, la Historia recogía esos gestos como heroicos, tanto la Historia que recogía los gestos del uno, como la que recogía los gestos del otro, ya que cada lado escribía su propia historia; así, Wellington era un héroe para los ingleses y Napoleón era un héroe para los franceses.
A todo esto, la Jirafa siguió caminando, hasta que llegó a una parte del desfiladero en que estaba montado un enorme Cañón, que en ese preciso instante hizo un disparo exactamente unos veinte centímetros arriba de su cabeza, más o menos.
Al ver pasar la bala tan cerca, y mientras seguía con la vista su trayectoria, la Jirafa pensó:
"Qué bueno que no soy tan alta, pues si mi cuello midiera treinta centímetros más esa bala me habría volado la cabeza; o bien, qué bueno que esta parte del desfiladero en que está el Cañón no es tan baja, pues si midiera treinta centímetros menos la bala también me habría volado la cabeza. Ahora comprendo que todo es relativo".
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